Ikusagami

Plantilla:Infobox PersonajesIkusagami (戦神) es un personaje del manga Kamisama Hajimemashita, por Suzuki Julietta. Es el Dios de la Guerra.

Ikusagami, como Dios de la Guerra, llega para presentarse a la reunión anual de Dioses en Izumo. En ella conoce por primera vez a Nanami, la Diosa Humana que le es muy difícil aceptar.

Historia

La historia de Ikusagami se remonta desde la época donde Tomoe y Akura-ou eran fugitivos de la justicia divina por sus crímenes atroces contra distintas aldeas donde vivían humanos y demonios, hasta la actualidad, cuando él y Nanami se conocen en la Reunión de Dioses de Izumo, organizada por Ookuninushi.

Pasado 

Hace quinientos años Ikusagami fue enviado por los Dioses, con una espada forjada para ser indestructible, a eliminar tanto a Tomoe como a Akura-ou. Ambos representaban una gran amenaza para todos los sectores de la población, tanto los poblados por humanos como los por demonios. Un día, Tomoe fue encontrado por Ikusagami divirtiéndose en un local ubicado en un Distrito Rojo; él lucha contra Tomoe y logra herirlo de gravedad, sin embargo, la mujer demonio que le estaba haciendo compañía a Tomoe lanza una bomba de humo para que este consiga escapar a tiempo de la furia del Dios de la Guerra.

Presente

Ikusagami conoce a Nanami en la Reunión de Dioses de Izumo, sin embargo, le dice a la Diosa Humana que, como es un fastidio, se aparte de su camino. Todo esto se produce a raíz de no haber demostrado poseer ninguna habilidad especial que, según él, la capacite para ostentar el título de Diosa de la Tierra, justamente como Narukami le había comentado. Al principio, Nanami agacha la cabeza por ese comentario, sin ambargo, luego enfrenta a Ikusagami diciéndole que ella también tiene derecho a entrar a la Reunión de Dioses, puesto que recibió una invitación oficial del anfitrión.

Siendo el tercer día de Reunión, Ikusagami sella la entrada de Yomi-no-Kuni aún sabiendo que Nanami se encontraba dentro al haber sido enviada por Ookuninushi para purificar la entrada el primer día de Reunión. Tomoe, después de haber recibido una carta de Otohiko informando que Nanami se encontraba atrapada en Yomi-no-Kuni, exige al Dios de la Guerra que se aparte de la entrada, pues tiene asuntos que tratar en la tierra de los muertos. Ikusagami saluda al zorro con cierta familiaridad, pero él asegura no conocerlo y también que debe bajar, pues su ama está atrapada allí dentro. Ikusagami dice a Tomoe que, si Nanami es una auténtica Diosa, no tendrá dificultades para volver al mundo exterior, en cambio, si resulta ser una simple humana incapaz de salir con sus propios poderes, no valdría la pena salvarla pues de seguro ya estaría muerta. Tomoe se enfurece por esas palabras y lo ataca, sin embargo, al ser un simple familiar no tiene ninguna posibilidad de enfrentar al Dios y salir victorioso. Por ese motivo, Tomoe es golpeado por Kotetsu con el Mazo de la Fortuna, volviendo a recuperar sus facultades demoníacas; de esa manera, Ikusagami es derrotado por Tomoe, logrando aí entrar a Yomi-no-Kuni y sacar de allí a Nanami.

Durante el cuarto día de Reunión, las heridas de Ikusagami son curadas a través del Elixir de Melocotón de Mamorinogami.

Apariencia

Ikusamami posee un largo cabello peinado hacia arriba y atrás, dándole así forma de gancho. Sus ojos son alargados y severos, bajo aquellos ojos posee dos marcas iguales. Sus orejas son largas y acaban en punta a la altura de su frente. Como es el Dios de la Guerra, su vestimenta se asemeja en algunos aspectos a una armadura de batalla. Al parecer, por el tipo de letra que usan en los diálogos de Ikusagami, usa un tono de voz más fuerte de lo normal; aspecto que refuerza su apariencia de hombre rudo y malhumorado.

Personalidad

Según Otohiko, Ikusagami siempre suele estar de mal humor y es propenso a iniciar peleas.

Habilidades

Como Dios de la Guerra, Ikusagami tiene habilidades de lucha, las cuales demuestra cuando pelea contra Tomoe y lo hiere de muerte en el pasado.

• Hechizo de unión de palabras: Como todo Dios, Ikusagami tiene la facultad de hacer que un familiar le obedezca, incluso contra su propia voluntad. Jamás se ha visto al Dios hacer uso de esta facultad, sin embargo, según Himemiko todos los Dioses serían poseedores de esta habilidad.