Después de volver de la Montaña Kurama, Nanami está sentada junto a Mizuki en una habitación del Templo Mikage viendo una boda. Él de pronto bromea sobre si Nanami quiere casarse y por eso está mirando la boda. La joven sonríe con un suave rubor en las mejillas mientras afirma la posibilidad de casarse con Tomoe. Mientras tanto, en otra zona del Templo, Tomoe afirma sentir un dolor punzante en el pecho desde que llegaron de la Montaña, el zorro demonio atribuye el dolor al Hanami. Kotetsu, quien está junto a él, comienza a una conversación con el familiar sobre Nanami, quien ya ha llegado hace un año al Templo, y el rápido agotamiento de los talismanes cuando abruptamente aparece un enfadado Mizuki exigiendo saber por qué Tomoe ha tenido la osadía de declararse a Nanami y pedirle matrimonio, para él resulta un ultraje puesto que ella es su ama. Su compañero familiar ni se inmuta, ya que al parecer no tiene idea de la situación de la que habla Mizuki. Esto irrita más a Mizuki, provocando una batalla entre los dos familiares, sin embargo, junto en ese momento se escucha la voz de Nanami haciendo que ambos paren en seco gracias al hechizo de unión de palabras.
Ambos miran congelados a su ama y se dan cuenta que está molesta por algo, entonces ella, con expresión de fastidio, niega rotundamente la posibilidad del matrimonio para ella y que, antes, estaba sólo pensando en que sería bueno que viniera alguien a pedir por la bienaventura de su propio matrimonio; como, por ejemplo, Himemiko y Kotarou. Tomoe se escandaliza y, mirando a Nanami como si fuese un ser lamentable, le dice que una tarea como esa no sería posible para ella, especialmente si se trata de la unión entre un ser sobrenatural y un humano. La joven diosa se enfada con su familiar y afirma que para ella si es posible el trabajo de hacer felices a dos personas, pues se ha vuelto más fuerte que antes. Luego Mizuki se acerca a hablarle y explica que se siente aliviado de que no sea su ama quien se va a casar, a lo que ella nuevamente vuelve a negar rotundamente como una posibilidad para su vida. En eso, Onikiri y Kotetsu aparecen en escena sugiriendo cerrar el Templo por hoy para presentar sus respetos al Dios del año nuevo. Luego de explicar a Nanami en qué consiste la visita, él decide ir junto a Mizuki a presentarse al Dios. Nanami al principio se extraña de ver a los familiares trabajando juntos, pero luego cae en la cuenta que sólo ellos irán, dejándola fuera de esto, así que ella también decide ir.
Ya llegando a la entrada, Nanami se sorprende, pues hay muchos toriis[1], y todos con un nombre en concreto (de izquierda a derecha: Nanami, Tomoe y Mizuki). Tomoe explica que al atravesar el torii que corresponde a cada uno, se experimenta una regresión de doce años dependiendo del animal regente; por esa misma razón, el demonio zorro insiste en que Nanami quede fuera de esta visita, por su condición de humana, mientras Mizuki y él van al Templo. La Diosa dice a Tomoe que no hay problema en que ella cruce y hasta suena como una experiencia divertida antes de atravesar su propia puerta. Mizuki, viéndola marchar, admira el corazón puro de Nanami mientras confiesa que él no es capaz de mirar el pasado sin tener miedo. Tomoe, en cambio, piensa que es una tonta e ignora a lo que se está enfrentando, por eso simplemente salió disparada hacia su propia puerta. Tras ese comentario, Mizuki insinúa a Tomoe que él sólo está enfadado porque Nanami dijo rotundamente que no quiere casarse con nadie, incluso gustando del familiar zorro. A modo de respuesta, Tomoe sugiere que deje de idealizar a Nanami, pues ella no es como él se la imagina; entonces, Mizuki, se burla de él ironizando sobre el perfecto conocimiento de las emociones de Nanami y, tras decir eso, se dirige a su torii para no seguir discutiendo.
Ya estando al otro lado, Mizuki y Tomoe se impacientan porque su ama fue la primera en cruzar su torii y aún no ha regresado, así que deciden ir a buscarla y se internan en su camino. Mientras están yendo por el, Mizuki recuerda a Tomoe que atravesar la entrada de otra persona está prohibido, pero eso en realidad le tiene sin cuidado al zorro, pues está más preocupado de la presumible pérdida de consciencia de su ama al no haber regresado en tanto tiempo. Después de esa breve discusión ética, ambos ven como Nanami, doce años más joven, pasa corriendo al lado de ellos y deciden seguirla.
Cuando la siguen ven que ella llega al lado de un hombre que pregunta si ya terminó su período de guardería. Nanami llama al hombre "papá" y le muestra unas cortezas de pan entregadas por su madre. El padre de Nanami, entonces, le entrega un chocolate y dice a la pequeña que lo lleve de regalo a su madre, pues lo ha ganado para ella. Tras darle unas palmadas en su cabeza, dice a Nanami que no volverá hasta tarde por ir a ganar dinero. Nanami abraza el chocolate y guarda las cortezas de pan en su mochila. En ese momento, Mizuki llama a Nanami diciendo que vuelva a casa con él, a lo que la pequeña Nanami le llama pedófilo y, además, le pega una patada. Tomoe se ve alegre por ello mientras observa como la pequeña desaparece entre sus memorias de hace doce años y, a la vez, piensa que en realidad esta Nanami doce años más joven tiene los mismos hábitos de la Nanami del presente.
Por otra parte, la pequeña Nanami llega al lugar en el que vive junto a sus padres con el chocolate en la mano y, mientras está subiendo la escalera, ve como su madre se está disculpando por el comportamiento irresponsable de su padre al no ser capaz de pagar sus deudas y deber el alquiler de su piso. Entonces, cuando su madre se da cuenta que Nanami está allí, le sonríe y le da la bienvenida. La niña, sintiéndose sobrepasada por todo lo que acabó de escuchar, se acerca a su madre llorando y la abraza. Tomoe, quien mira la escena desde fuera, no puede recordar la última vez que su ama mencionó a sus padres; y ahora sabe por qué, así que decide quedarse observando un poco más.
En su santuario, Kirihito entra en el Inframundo con Yatori usando un espejo de piedra para recuperar el cuerpo de Akura-Ou. Una vez allí, Yatori, que afirma que antiguamente sirvió bajo Akura-Ou, recuerda cómo Akura-Ou y Tomoe viajaban juntos y derrotaron a cualquier yokai que se interpusiera en su camino, pero Kirihito se molesta por el hecho de que Tomoe abandonó Akura-Ou tras caer en el amor de una chica humana. Aunque el cuerpo de Akura-Ou, se encuentra en una montaña de fuego, Yatori trae Kirihito de vuelta a casa ya que sus cuerpos no pueden manejar los miasmas en el Inframundo. Kirihito está determinado a hacer lo necesario para recuperar el cuerpo de Akura-Ou. Sin embargo, después de vapores comienzan a gotear desde el espejo de piedra, Kirihito se ve obligado a romperlo antes que las cosas se pongan peor. Mientras tanto, Nanami recibe una propuesta para organizar una boda para Himemiko, pero Tomoe es consternado cuando Mizuki le anima mucho al respecto. Nanami, Tomoe y Mizuki se dirigen a la entrada de la capilla Año Dios para recibir un nuevo talismán para el nuevo año. A su llegada, Nanami pasa la puerta de la etiqueta, a pesar de las órdenes de Tomoe a quedarse. Como Tomoe y Mizuki más tarde pasa a través de su puerta, que se sorprenden al ver que Nanami se transforma en un niño, doce años más joven. En un flashback, padre jugador de Nanami le trae un pedazo de chocolate antes de salir de nuevo, mientras que su madre enferma está interrumpido por los coleccionistas de deuda, antes de Nanami regresa a casa.